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El sector destaca la necesidad de mejoras a los incentivos y propiciar una visión de largo plazo en la gestión de las plantaciones, entre otros tópicos

Disponer de herramientas que permitan compatibilizar el uso comercial del bosque nativo y su protección es una de las principales inquietudes que se expresa en el sector forestal, al momento de evaluar cómo aprovechar el potencial que Chile posee.

Es así como Jan Köster, presidente de la Asociación Chilena de Propietarios del Bosque Nativo A.G. (Aprobosque), explica que, pensando en el manejo sustentable, “el principal desafío es la planificación en el largo plazo, para poder organizar los recursos de los que se dispone y establecer relaciones comerciales serias con la industria.

Además, es importante enfocar todo esfuerzo en la generación de productos de alto valor, que son los que darán sustento económico a la gestión”. Respecto a ello, los especialistas dan señales de importantes aspectos a favor, ya que coinciden en que el bosque nativo chileno es muy productivo, pero a la vez hay que considerar el manejo que se le debe dar a este tipo de bosque para protegerlo.

Es así como Pablo Donoso, académico del Instituto de Bosques y Sociedad de la Universidad Austral, manifiesta que “los bosques nativos chilenos están entre los más

productivos del mundo. Bosques secundarios manejados pueden llegar a crecer hasta 15 o 20 m3 por hectárea por año, y bosques adultos manejados alrededor de 10 m3 por hectárea por año. Con estas altas tasas de crecimiento, y el elevado valor en que se podrían vender las maderas de especies valiosas, especialmente con sistemas silviculturales multietáneos, los bosques nativos pueden perfectamente manejarse con criterios ecológicos que impliquen proveerlos de variabilidad estructural y en composición que incrementarán su diversidad y otros servicios ecosistémicos”, destacando además que “la protección de los bosques nativos se debe lograr a través de su conservación integral, del manejo forestal ecosistémico. La conservación de bosques hay que verla desde un punto de vista territorial”.

Esto es complementado por Francisco Hechenleitner, propietario del Fundo Dollinco, en la comuna de Purranque, quien resalta que “en las provincias de Llanquihue y de Osorno existen muchos bosques productivos, que es la zona a la que pertenezco y en la que trabajo. Si vemos las tasas de crecimiento de estos bosques y las comparamos con especies de Europa, nuestras especies nativas poseen un tremendo potencial, el problema es que siempre se les compara con las especies de rápido crecimiento, como el pino insigne y el eucaliptus y esto no es comparable, ya que estos no se pueden sustituir, por lo cual la comparación no va a lugar”.

Además agrega que “nuestros bosques nativos tienen tasas más bajas pero no dejan de ser aceptables; en Europa se trabaja con rotaciones de 60 años y hasta más en algunos casos, lo cual se asemeja a nuestros bosques nativos. Se debe tener una visión a largo plazo, esto es lo más importante y no tener una visión cortoplacista que busca netamente un flujo económico rápido”.

Incentivos insuficientes

Jan Köster considera que “dada la compleja regulación y estricta fiscalización en el bosque nativo, el manejo responsable hoy en día resulta comparativamente caro. Sería muy deseable que la autoridad reconozca la necesidad de mejorar la normativa y su interpretación, además de innovar respecto al enfoque que se le da a la fiscalización de las actividades, ya que la situación actual dificulta la tarea de trabajar en el largo plazo”.

Esta visión es compartida por André Laroze, secretario ejecutivo de Certfor, quien considera que “si bien tenemos una ley de bosque nativo que tiene incentivos para el manejo, la verdad es que no se aprovechan, porque los incentivos son insuficientes para lo que se requiere invertir para manejar esos bosques. Nos quedamos con un potencial no realizado por falta de una política adecuada de fomento”, destacando que “cosechar los bosques actualmente existentes, excepto en situaciones especiales, no es económico.

Uno tendría que cambiar con manejo el estado actual y tener la capacidad de esperar 20 años hasta que madure la inversión que se hace en manejo; y el único incentivo real para eso es la ley de bosques, pero como mencioné anteriormente, no da el ancho para gatillar el manejo, y eso lo hemos visto en los últimos años, donde se hacen muchos estudios pero hay muy poca superficie acogida a la ley de bosques nativo”.

Usos múltiples

El presidente de Aprobosque resalta que “el bosque nativo chileno es capaz de cumplir múltiples funciones a la vez. Una de las más importantes es la generación de madera, que administrada responsablemente se convierte en un recurso inagotable. La actividad maderera sustentable da empleo y oportunidades de desarrollo en zonas rurales, sin perjuicio de seguir cumpliendo las demás funciones como la conservación de biodiversidad, protección del suelo y aguas, captura de carbono, belleza escénica, entre otras”.

Considerando dicho aspecto, expresa que “al planificar las actividades en forma profesional, se interviene el bosque en intervalos de tiempo medidos para aprovechar

el crecimiento de este y extraer sólo el aumento de biomasa entre dichos periodos. Además, en un inicio se retiran los árboles de mala calidad y enfermos, dejando los más vitales y de buena sanidad, hasta que el bosque llega a un equilibrio y provee en forma inagotable madera de alta valor”.

En esa línea, André Laroze, destaca que “se podría aprovechar la bioenergía para financiar intervenciones que, diez o veinte años después se traduzcan en bosques de alta calidad, y de volúmenes de especies de alto valor”.

Mientras que Francisco Hechenleitner, consultado respecto a la forma de trabajo que poseen como empresa, comenta que “los grandes desafíos han sido sumar cada vez más superficie de bosques manejados o recuperados, ir mejorando en la comercialización de productos del bosque e innovar en nuevas propuestas silviculturales para nuestros bosques. Diría que lo que más cuesta es el tema de la venta de los productos, acá hay mucho trabajo comercial. Para que esto sea posible es fundamental realizar una buena comercialización y gestión, sin esto el manejo no es posible, ya que no se logran cubrir los costos”, explicando que “no se deben hacer manejos de grandes superficies de una vez, sino que ir de a poco con un manejo sostenido en el tiempo y en aumento, de esta forma se van abriendo nuevos nichos de negocio y mejorando los ingresos, además los volúmenes medianos son más fáciles de ser comercializados”.

Apoyo técnico

Junto con la entrega de recursos monetarios, otro aspecto relevante es la asesoría a los productores forestales. Rodrigo Henríquez, jefe nacional del Departamento de Bosque Nativo de Conaf, señala que “anualmente se contratan ingenieros forestales que cumplen la función de extensionistas forestales, quienes asesoran en forma gratuita preferentemente a pequeños propietarios de bosque nativo, con la finalidad de capacitarlos en manejo, acompañarlos durante la ejecución de sus intervenciones y adicionalmente postularlos a los beneficios que dispone la Ley 20.283”.

Además destaca que “durante el presente año se está generando una nueva figura institucional, denominada ´ejecutivo de bosque nativo´, cuyo propósito será facilitar la tramitación de proyectos, planes de manejo y acreditaciones de informes bonificables de la Ley 20.283, de consultores forestales, sobre políticas de Conaf, sus instrumentos y procedimientos vigentes. Con estas medidas complementarias a la Ley 20.823, Conaf pretende incrementar en un 30% hasta 2018 la superficie de bosque nativo manejado en forma sustentable”.

Áreas pendientes

André Laroze considera que una complejidad que posee el aprovechamiento del bosque nativo es que “hay árboles muy buenos, pero también muy malos. Los rendimientos que se obtienen son erráticos, eso complica mucho las operaciones de la industria, porque no tiene una materia prima que tenga siempre la misma calidad y que permita dimensionarse bien”, haciendo hincapié en que “un empresario de un aserradero, no puede estar gastando mucho de su tiempo en ir propietario por propietario identificando posibles compras, esto haría muy errático el abastecimiento”.

Para resolver dicha situación, el también Ph.D. en Recursos Forestales, señala que entidades como Corfo podrían establecer incentivos para evaluar el recurso forestal disponible en un territorio determinado, de manera que el empresario analice con información concreta la factibilidad de instalarse en dicha zona.

Por otra parte, Francisco Hechenleitner considera que “faltan subsidios para caminos forestales, todos los que somos silvicultores sabemos que sin caminos poco se puede hacer para realizar un manejo sustentable”, haciendo hincapié en que “la ley de bosque nativo debe ser más amigable y aumentar sus montos, se tiene que hacer un análisis a fondo del porqué no ha tenido buena acogida y corregirlos”.

lignum.cl

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