algas

Investigadores españoles hallaron que las partículas de este metal en el polvo atmosférico habrían promovido un crecimiento explosivo de algas en los océanos

WASHINGTON.- El hierro pudo tener un papel crucial en el «secuestro» del CO2 desde la atmósfera durante las eras glaciales, según un estudio realizado por científicos españoles.

Las partículas de este casi omnipresente metal contribuyeron a un proceso de crecimiento acelerado de algas en los océanos, las que captaron este gas de efecto invernadero y lo arrastraron a las profundidades.

«El análisis de burbujas de aire atrapadas en el hielo de la Antártica ya nos había mostrado que durante épocas glaciales las concentraciones de dióxido de carbono en la atmósfera fueron más bajas que las actuales», precisó el experto español Alfredo Martínez García.

El científico, doctorado de la Universidad Autónoma de Barcelona en 2009, encabezó un equipo en el Instituto Geológico de Zurich, en Suiza, que buscó poner a prueba la hipótesis del oceanógrafo estadounidense John H. Martin sobre el papel del hierro en la fertilización de las algas.

Estos organismos son «los bosques de los océanos» y cumplen el mismo papel que toda la vegetación en el ciclo del dióxido de carbono: lo absorben de la atmósfera y mediante la fotosíntesis lo convierten en materia orgánica.

«Para crecer, las algas necesitan nutrientes como nitrato y fosfato, que son muy abundantes en el océano, pero vemos que estas algas no crecen todo lo que podrían», explicó Martínez García.

«Les falta hierro, un ingrediente que necesitan en menor cantidad pero sin el cual no pueden incorporar otros nutrientes», agregó.

El especialista indicó que las eras de glaciación máxima y los períodos de varios miles de años de clima frío se caracterizan por incrementos en los flujos de polvo que vienen de los continentes, arrastrados por el viento. Dichos flujos son muy ricos en partículas de hierro.

El metal particulado actuó como una suerte de «fertilizante» que fomentó el crecimiento de las algas. Cuando ellas mueren, «la materia orgánica se exporta al fondo del océano. Esto significa que las algas secuestran el dióxido de carbono hacia el fondo oceánico», explicó.

«Dado que no tenemos una máquina del tiempo para ver cómo ocurrieron las cosas, tomamos nuestros datos de la época glacial con muestras de sedimentos en el sector del Atlántico sur, afectado por suministro de polvo de la Patagonia», añadió. «Estos datos muestran que cada vez que aumenta el hielo en el sedimento hay un aumento de la productividad marina».

Proceso no muy práctico hoy

En el debate global sobre el cambio climático actual, ligado a las emisiones de dióxido de carbono generadas por la sociedad industrial, algunos especialistas han sugerido que si se «sembrara» hierro sobre el océano se podría «secuestrar» más CO2 de la atmósfera.

En este plano, Martínez García reconoció que se han intentado experimentos en pequeña escala en los que se añade hierro en zonas oceánicas. «El resultado es que aumenta la productividad» de las algas, indicó.

No obstante, enfatizó que tales experiencias se efectúan «en muy pequeña escala, y no está claro que puedas conseguir que el carbono secuestrado llegue al fondo del mar».

La comprobación de la hipótesis de Martin se refiere a procesos en escalas de decenas de milenios. Al ritmo que ocurre la emisión de CO2 hoy, no es viable que se pueda contrarrestar con una «siembra de hierro» en el polvo atmosférico, según los expertos.

emol.com

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