Empresa chilena perfeccionó, durante tres años, una iniciativa que ya funciona en China
Con una producción de 15 mil unidades al mes se prepara la primera producción comercial de ladrillos fabricados con la ceniza volante obtenida tras el proceso de combustión de plantas termoeléctricas.
Se trata de una fábrica semiindustrial ubicada en Mejillones, a 60 kilómetros de Antofagasta, la cual desde 2012 desarrolla pruebas en dicho proceso y que ahora ya acumula mercadería para iniciar la comercialización formal en la región.
La planta de producción tiene 3.200 metros cuadrados y está ubicada en las instalaciones de E-CL, la principal generadora eléctrica del Sistema Interconectado del Norte Grande, en Mejillones. Por cada ladrillo elaborado se reciclan 2,2 kilos de ceniza. En el caso de los adoquines, el volumen de materia prima utilizada es de 4,4 kg.
Mauricio Svriz, ingeniero mecánico y gerente de Bejos Ingeniería, empresa a cargo de desarrollar el proyecto, explicó que “la idea surgió de un viaje a una termoeléctrica en China, que desarrolla un proyecto similar, el cual fue mejorado en Chile”.
“Las cenizas y escoria quedan como parte del proceso de la quema del carbón y son desechos, que después son enterrados en zonas destinadas para tal efecto”, explica. El ejecutivo agrega que “a esa ceniza le extraemos el carbón que no se quema, la mezclamos con escoria, que se convierte en el elemento clave, que reemplaza a la arena original de un ladrillo y luego le agregamos otros componentes en menor cantidad. La mezcla se comprime y se fragua a temperatura ambiente”.
La comercialización de los ladrillos, según estimaciones de la empresa, debería comenzar a fines de septiembre de este año.
El Mercurio
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