Fomento al sector empresarial y nuevos enfoques con respecto al agua y los bosques, son prioridades a las que apuntaría esta entidad, según expertos del sector privado, entidades ambientalistas, académicos y consultoras

LA COP 21 -reunión que se realizó en París a fines de 2015- abrió una serie de caminos en cuanto a la lucha por el cambio climático en el mundo, con compromisos de todos los países de la ONU, incluyendo China y Estados Unidos, algo que no había podido lograr el antiguo Protocolo de Kioto.

En nuestro país también se activaron varias conversaciones, expectativas y compromisos. Uno de ellos fue la creación de la Agencia de Sustentabilidad y Cambio Climático (ASCC), la cual comenzó a operar oficialmente en enero de este año, en reemplazo del Consejo de Producción Limpia (CPL). En su calidad de Comité de Corfo, tiene por misión articular acuerdos público-privados para impulsar cambios en los sectores productivos y en los territorios que permitan una transformación hacia una economía baja en carbono. Además, desarrolla acuerdos voluntarios en los territorios, facilitando el diálogo y la cooperación entre los diferentes actores en la mejora de proyectos de inversión y la gestión de cuencas hidrográficas.

Se trata de una entidad que cada vez será más protagonista en Chile, ahora que el concepto de “cambio climático” ya no es sólo el discurso de ONGs y académicos o una bandera exclusiva de ecologistas. Las empresas, el sector público, las municipalidades, la academia y los ciudadanos, estarán pendientes de su accionar y, seguramente, muchas organizaciones le darán la mano firmando acuerdos y creando proyectos.

Distintos actores del mundo público y privado valoran el rol que tendrá esta nueva agencia y evalúan cuáles debieran ser los focos de acción.

Sector privado

A primera vista, muchos concuerdan en que la labor de la agencia será clave para motivar emprendimientos y negocios verdes. Una especie de StartUp-Chile, pero en temas medioambientales.

“La utilización de mecanismos de financiamiento verde para proyectos que colaboran con la mitigación y adaptación al cambio climático es uno de los primeros pasos que la Agencia seguramente abordará”, comenta Carlos Finat, director ejecutivo de la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera).

Por su parte, Ricardo Jiménez, director de Servicio de Sostenibilidad y Cambio Climático de KPMG estima que la agencia, juega un rol muy relevante, “pues debe ayudar a materializar, tanto en el sector público como privado, los lineamientos de las políticas que dicte el Consejo de ministros para la Sustentabilidad”, comenta Jiménez, y agrega: “Es necesario articular acuerdos gubernamentales, empresariales y hasta internacionales, que nos permitan llevar a cabo y monitorear todos los aportes que se han venido dando, sobretodo en términos de medición y mitigación”.

Para Edmundo Muñoz, director de la Escuela de Ingeniería Ambiental de la Universidad Andrés Bello (UNAB), la próxima tarea de la oficina encabezada por Juan ladrón de Guevara será “generar los instrumentos que permitan internalizar en las empresas los compromisos internacionales en materia de cambio climático, como los de la COP21 y la OCDE, y fomentar la sustentabilidad en la gestión empresarial”, dice el académico y apunta a que también se deberán “gestionar recursos y normativas que permitan internalizar la gestión del cambio climático en el sector privado”.

Agua y bosques

Desde el punto de vista de la protección del medioambiente, lo relacionado con el agua y los bosques debería ser un pilar en los primeros años, de acuerdo con los consultados.

Rodrigo Catalán, director de Conservación de WWF Chile, cree que una de las prioridades debería ser el agua, teniendo en cuenta que es uno de los impactos más inmediatos del cambio climático, con disminuciones de precipitaciones que alcanzan más del 50% en algunas regiones de Chile. “Es relevante el enfoque territorial y la lógica de los acuerdos entre actores como los que se promueven en los Acuerdos Voluntarios para la Gestión de Cuencas (AVGC), herramienta fundamental para enfrentar los problemas del agua, tanto en cantidad como en calidad, para la gente y la naturaleza”, señala Catalán.

Además, el especialista de WWF, indica que otra prioridad es el sector forestal “ha quedado demostrado con los recientes mega incendios que es necesario adaptarse y repensar a este sector en Chile”.

De una opinión similar es Fernando Raga, presidente de la Corporación de la Madera (Corma), tomando en cuenta que el sector forestal captura alrededor de un 20% de las emisiones de carbono del país, y genera una cantidad significativa de energía carbono neutral. “Por esta razón, debería ser uno de los focos de interés de la ASCC. (…) Aspectos como los planteados en la Política Forestal 2015 – 2035, en el sentido de poner bajo manejo sustentable un millón de hectáreas de bosque nativo, así como la restauración ecológica de medio millón de hectáreas de ecosistemas naturales, deberían ser fuertemente apoyados como política de Estado de largo plazo”, comenta Raga.

Sobre la misma materia se refiere Maryann Ramírez, directora ejecutiva de The Nature Conservancy Chile (TNC). “Un importante foco de acción tiene que estar en cómo le ayudamos a la naturaleza a ayudarnos. La infraestructura verde (humedales, bosques y otros ecosistemas) pueden colaborar a hacer frente al cambio climático y adaptarnos de mejor manera a los eventos extremos que viviremos cada vez con mayor frecuencia”, indica Ramírez.

Felipe Martin, gerente general de la consultora Más Recursos Naturales también considera que uno de los principales focos que debiera tener la nueva institución es el agua. “Existe un déficit de más de 50 años en materia de infraestructura hídrica en Chile. Nuestra adaptación al cambio climático, específicamente en el área hídrica, es débil y debiera ser uno de nuestros pilares de desarrollo a nivel país”, apunta Martin.

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