Condiciones climáticas más benignas, con menos días de temperaturas extremas y mayor humedad en la vegetación, han influido en este período

Hace un año, la zona comprendida entre O’Higgins y La Araucanía era, literalmente, una bola de fuego: más de 553 mil hectáreas habían sido arrasadas por los incendios forestales más violentos de los que se tenga registro en el país. Hoy, la realidad es mucho más benigna. Según la Corporación Nacional Forestal (Conaf), hasta ayer la actual temporada arrojaba 15.655 hectáreas afectadas, 97% menos que hace 12 meses.

También ha habido un menor número de incendios. En la temporada 2016-2017 se habían declarado 3.510 siniestros, contra 2.980 de la actual.

Según precisó Conaf, algunos factores que explican este cambio son la mayor humedad en la vegetación fina y la reducción del número de días con temperaturas extremas.

“El escenario que nos ha tocado enfrentar en la presente temporada 2017-2018 respecto de las condiciones de incendios forestales es algo más benigno que la temporada pasada”, confirma el gerente de Protección contra Incendios Forestales de Conaf, Pablo Lobos.

Las empresas forestales tienen su propio balance. Según cifras de CMPC, al 21 de enero del año pasado ya tenían 14.648 hectáreas quemadas, mientras que en esta temporada suman 347.

Con todo, este año la compañía ha tenido que enfrentar jornadas con hasta 17 incendios por día, y ha detectado 50 focos simultáneos, “lo que lleva a pensar que en esos casos la intencionalidad es obvia”, afirman en CMPC.

Esta temporada la empresa reforzó su equipamiento contra incendios con un helicóptero Chinook que descarga hasta 10 mil litros de agua. La evaluación de su desempeño, se informó, se hará al final de la temporada.

En Arauco, en tanto, informan que hasta el 26 de enero habían sufrido 550 incendios, una baja de 33% respecto de los 822 que habían tenido el año anterior.

La empresa también sumó un helicóptero de gran capacidad para combatir el fuego. Se trata del Sikorsky S-64 Erickson Aircrane, que en este mes ha combatido ocho siniestros y arrojado unos 550 mil litros de agua.

Lenta reforestación

A un año de la tormenta de fuego que afectó principalmente entre O’Higgins y Biobío, a la fecha solo se ha logrado reforestar un 5% de la superficie quemada, según cifras de Conaf.

Desde la Corporación Chilena de la Madera, la gerente general María Teresa Arana, explica que “las principales empresas forestales se dedicaron en una primera etapa a recuperar los suelos y a aplicar medidas preventivas de erosión y luego reforestaron a toda su capacidad en 2017. Pero aún así sus programas no se completarán en menos de tres años”.

Lo que ocurrió, añade Arana, es que “las producciones de plantas se generan el año anterior a una plantación y no era previsible para los viveros un requerimiento de la magnitud que se produjo; la superficie siniestrada superó 10 veces el promedio histórico”.

El Mercurio

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