La expectativa es que este instrumento asociado a la operación de centrales térmicas le entregue del orden de US$ 140 millones

Lejos. Muy lejos de las expectativas con las que el gobierno incluyó en la reforma tributaria el cobro de un “impuesto verde” para gravar las emisiones de las centrales térmicas están las provisiones que las principales empresas eléctricas hicieron por este concepto al primer semestre.

En los cuatro mayores actores de este segmento, el tributo, que entró en vigencia en enero de este año y tendrá su primer pago efectivo en abril del próximo, les ha implicado a junio un monto total que supera levemente los US$ 35 millones.

La generación eléctrica estaría en el foco de este impuesto y la estimación del gobierno cuando impulsó este gravamen era que recaudaría US$ 200 millones. Luego aterrizó esta proyección a US$ 140 millones, aunque a la luz de lo que fue la primera parte del año, podría ubicarse en torno a la mitad.

Se trata de las provisiones que AES Gener, Enel Generación Chile, Engie Energía Chile y Colbún efectuaron por este concepto, que corresponde a un cobro por las emisiones que este tipo de unidades realizan a partir de su operación efectiva.

En concreto, el impuesto se calcula a partir de la cantidad de emisiones específicas de dióxido de carbono (CO2), óxidos de nitrógeno (NOx) y de Azufre (SOx), así como de material particulado de fuentes fijas conformadas por calderas o turbinas que, individual o conjuntamente, sumen una potencia térmica superior o igual a 50 MWT.

En el caso de las emisiones de CO2, la norma establece que el impuesto corresponde a US$ 5 por tonelada emitida y su determinación se realiza a partir de la certificación que en marzo de cada año realice la Superintendencia de Medio Ambiente del año calendario anterior.

Esta menor recaudación que se espera será, en parte, por la inversión realizada por las empresas para cumplir con la norma de emisiones.

Enel lleva la delantera

De acuerdo con los balances de estas empresas, es el brazo local de generación de la italiana Enel la que lleva la delantera en términos de las provisiones efectuadas por este concepto, ya que al primer semestre reservó con este fin poco más de US$ 16 millones.

Le siguen casi empatados, Engie Energía Chile y AES Gener, con provisiones por US$ 6,8 millones y US$ 6,7 millones, respectivamente.

Más atrás se ubica Colbún. La firma controlada por el grupo Matte informó que a raíz de este impuesto reservaron US$ 5,7 millones.

Conocedores de la industria comentan que la cifra reportada por Enel Generación Chile responde a lo intensiva que ha sido esta empresa en su generación en base a fuentes térmicas y, en particular, con gas natural licuado (GNL).

Lo contrario habría sucedido con las otras empresas que, por restricciones técnicas o bien por la indisponibilidad de este último combustible, no tuvieron toda su capacidad de generación en condiciones de operar durante la primera parte de este año.

Mientras AES Gener y Engie dieron cuenta de un impacto de este impuesto en sus balances, porque les restó márgenes o elevó sus costos en el caso de contratos más antiguos con sus clientes, Colbún, por ejemplo, declaró que su cuenta de “otros ingresos” se vio incrementada, producto “de la porción del impuesto que grava las emisiones de las centrales térmicas traspasada a clientes libres”.

De hecho, este traspaso del impuesto motivó disputas entre las generadoras y grandes consumidores, como las mineras.

Transelec interesado en futuras licitaciones

A un año de vigencia de la Ley de transmisión, el gobierno sigue licitando nuevas obras para mejorar el transporte de electricidad. Con una inversión futura de US$ 500 millones, los proyectos que se adjudicarán el próximo año ya están en la mira de las grandes empresas del rubro, y Transelec no se queda atrás.

“Nosotros participamos siempre en todas las ampliaciones del sistema, así que estamos muy dedicados a estudiar todos esos proyectos y participar en ellos”, comentó ayer su gerente general, Andrés Kuhlmann. Actualmente hay 28 obras de transmisión en construcción, con una inversión aproximada de US$ 2.400 millones. Uno de ellos es la línea Cardones-Polpaico, la “carretera eléctrica” que unirá cuatro regiones del país (desde Atacama a Metropolitana).

Pese a los retrasos del tercer tramo de este tendido, el Ministerio de Energía se mantiene optimista acerca de los plazos para su entrada en operación.

“Esperamos que hacia el primer semestre de 2018 ya haya concluido este tramo”, dijo el titular de la cartera, Andrés Rebolledo, quien agregó que tanto la empresa como la institucionalidad pública están “trabajando de acuerdo al cronograma”.

Los otros tramos debieran entrar en operación este año, precisó.

Diario Financiero

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